jueves, 10 de febrero de 2011

Cuidado con lo que merendamos

El fin de semana aprovecho y salgo a entrenar por la mañana, con la luz del sol (que estamos en invierno), pero entre semana lógicamente entreno después de trabajar, cuando ya es de noche y hace frío (y hay que ponerle fuerza de voluntad para no irse a casa a meterse bajo la manta).
El caso es que ayer hubo merienda a cargo de la empresa, y como la gula es mucha me comí un bocata pequeño (pero consistente) y una ensaimada. Todo esto a 1h de entrenar, lo que no me pareció muy grave. Pues bien, tocaba rodar a ritmo alegre (entre 155 y 160 pulsaciones) y me dieron unos pinchazos que tuve que pararme a caminar y luego correr suavecito (entre 145 y 150 ppm) el resto del tiempo. El aparato digestivo (en plena digestión) decidió que no quería compartir la sangre y el oxígeno con los músculos, y se quejó en consecuencia. En cuanto intentaba subir el ritmo, los pinchazos más fuertes volvían. Aún yendo más tranquila no corrí a gusto.
Por eso os recomiendo meriendas ligeras, o más alejadas en el tiempo, si vais a salir a correr después.

2 comentarios:

  1. Y lo bien que sienta una buena merienda de vez en cuando..que para la maratón aun queda mucho...y hay que vivir!!
    Ánimo Mabel!!

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  2. Gracias Leticia por los ánimos. No digo que no se meriende "bien", pero no si luego vas a entrenar.
    Tú sabes que una buena tarta de chocolate no la perdono jajaja. Aunque si quiero bajar de peso tendré que controlarme un poquito más ;)

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